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Organización Mundial
del Comercio

WT/DS18/R
12 de junio de 1998
(98-2258)
Original: inglés

Australia - Medidas que Afectan a la Importación de Salmón

Informe del Grupo Especial

(Continuación)


Procedimientos de evaluación del riesgo

Pregunta 1. Al comparar el Informe provisional sobre evaluación del riesgo que Australia presentó en 1995 con el Informe final de 1996, �cuáles son las diferencias principales entre las dos evaluaciones del riesgo? �Considera una de ellas más válida desde el punto de vista científico o técnico que la otra? En caso afirmativo, �en qué se basa? �Cuáles son en su opinión los requisitos mínimos necesarios para realizar una evaluación del riesgo? �Variarán los requisitos en función del producto y/o de las enfermedades de que se trate? Con respecto al Informe provisional de 1995 y al Informe final de 1996, �reúnen dichos informes, desde el punto de vista científico y técnico, los requisitos mínimos de una evaluación del riesgo generalmente aceptados en el sector específico de la sanidad de los animales acuáticos?

6.13 El Dr. Burmaster respondió que en los dos informes se utilizaban métodos semejantes, pero se llegaba a conclusiones sobre políticas opuestas. No consideraba que una de estas evaluaciones del riesgo fuera técnica o científicamente más válida que la otra, sino que ambas tenían virtudes y defectos semejantes. En cuanto a los requisitos mínimos para tal evaluación del riesgo, el Dr. Burmaster indicó que, salvo algunas excepciones en determinadas situaciones (pero no en el caso de la presente diferencia), en una evaluación del riesgo se debían utilizar métodos cuantitativos para estimar la probabilidad y la magnitud de las consecuencias deseadas y adversas. Ni en el Informe provisional sobre evaluación del riesgo (mayo de 1995) ni en la evaluación final (diciembre de 1996) se utilizaron métodos cuantitativos, de manera que ninguna de las dos cumplía los requisitos mínimos para esta situación. El Dr. Burmaster señaló que los requisitos tal vez pudieran variar en función del producto y/o las enfermedades. Por ejemplo, los requisitos mínimos para una evaluación del riesgo relativa a las plagas de insectos en los huertos de frutales podían diferir en cierto modo de los correspondientes a una evaluación del riesgo en el caso de enfermedades bacterianas de los peces. Sin embargo, consideraba que cada tipo de evaluación del riesgo debía, como mínimo, utilizar métodos probabilísticos para distinguir y cuantificar la variabilidad y la incertidumbre inherentes al problema. [Se pueden consultar referencias sobre las opiniones actuales de los expertos en evaluación del riesgo acerca de la distinción entre la variabilidad y la incertidumbre, y su cuantificación en i) Burmaster & Thompson, 1997; y ii) Burmaster & Wilson, 1996; dirección de Internet: http://www.Alceon.com.]

6.14 El Dr. Rodgers observó que el Informe final de 1996 se había estructurado y dividido en cuatro secciones principales, unidas por un resumen general, sobre la base de los dos informes provisionales previos. El Informe provisional de 1995 se había preparado como un análisis provisional del riesgo de las importaciones para someterlo a la formulación de observaciones del público, lo que suponía un elemento adicional valioso en este tipo de práctica. Por desgracia, esto había supuesto que los informes posteriores de 1996 fueran menos detallados, aunque las secciones relativas a las consideraciones sobre las enfermedades presentaban la información básica estructurada en una forma más clara mediante el uso de agrupaciones recomendadas de factores de evaluación del riesgo (por ejemplo, país, producto, agente, etc.). En el Informe provisional de 1996 se había adoptado un enfoque más prudente, puesto que en las conclusiones se utilizaban expresiones como "... si se hubiera de autorizar la importación del producto ...", en lugar de afirmaciones como "... el AQIS recomienda que se autorice la importación en las condiciones descritas en el Informe provisional ...", que figuraban en el Informe de 1995. Por otra parte, el Informe final de 1996 iba más allá al establecer categóricamente que "... se recomienda que no se autorice la entrada de productos de salmón sin cocer ...". Esto sólo podía explicarse por los resultados de la consulta pública y la incertidumbre derivada de la falta de datos o la dificultad para interpretarlos. Esto indicaba, al parecer, que el Informe provisional de 1996 consistía en un examen técnico de las opciones disponibles, pero no se pronunciaba claramente al respecto. En el Informe final de 1996 se adoptaba una posición concreta.

6.15 En cambio, el Informe provisional de 1995, aunque en algunas secciones daba la impresión de ser un examen bibliográfico directo, parecía utilizar la información disponible para intentar una evaluación cuantitativa del riesgo, que propiciaba hipótesis subjetivas acerca de las diversas posibilidades de introducción de las enfermedades. El Informe provisional de 1995 como tal era un documento más útil, como evaluación interna del riesgo, puesto que evaluaba los datos y llegaba a la conclusión de que existía un riesgo insignificante, mientras que al mismo tiempo reconocía que no se podía cuantificar el riesgo general de introducción de enfermedades. En el Informe final de 1996 se hacía más hincapié en los elementos desconocidos de la evaluación, por lo que era más prudente, llegando a un resultado más próximo a "inaceptable" en la escala "insignificante, pero aceptable"/"inaceptable". El Dr. Rodgers indicó que esta anomalía probablemente se debía a la falta de datos reales y al desacuerdo entre los científicos sobre los resultados previsibles, puesto que no se solía considerar que la opinión subjetiva representase la situación real. Por desgracia, la evaluación cualitativa ha de contener un elemento hipotético para llenar los vacíos en la base de datos científicos. En realidad, una serie de "opiniones de expertos científicos" podía realmente ser muy útil en estas circunstancias, e incluso se podía adaptar para crear distribuciones de probabilidades con objeto de realizar una evaluación cuantitativa del riesgo más exacta. Esto sería aplicable por igual tanto a los factores relativos a los agentes patógenos como a los factores únicos específicos de Australia, como la susceptibilidad de las especies australianas a las enfermedades exóticas de los salmónidos. Sólo en el Informe provisional de 1995 se intentaba aplicar este criterio.

6.16 El Dr. Rodgers observó que los informes se habían compilado desde una perspectiva australiana, y a este respecto se ajustaban a las prescripciones sobre metodología de la OIE, que establecía que los países podían formular su propio método. Los informes estaban respaldados por referencias a la bibliografía científica y a otras fuentes, en caso necesario. En el Informe provisional de 1995 se abordaba la cuestión del volumen potencial de comercio, enumerando las estadísticas de las exportaciones canadienses de salmón a otros países y estimando simplemente que se importarían al año alrededor de 3.000 toneladas. El Informe final de 1996 aludía solamente a "cantidades comerciales de producto", aun cuando el número de unidades de animales acuáticos que se importaban influye de manera significativa en la evaluación del riesgo. Los otros factores básicos necesarios para una evaluación del riesgo, a saber, los relativos a los países, los productos, la exposición y la reducción, se determinaban previo examen por enfermedad basado en la bibliografía técnica y científica. Se señalaban también de la misma manera las posibles consecuencias perjudiciales de la introducción de enfermedades.

6.17 Uno de los elementos más necesarios para realizar una evaluación del riesgo, en particular una evaluación cuantitativa del riesgo, era disponer de datos científicos fiables relativos a la prevalencia notificada de infección en el país exportador. Para el pescado o el marisco (y otros animales) esto se producía generalmente en una de estas tres formas: datos de los resultados anuales de la OIE, informes científicos y bibliografía científica publicada previo examen por otros especialistas. En la práctica, en los tres casos había ligeras variaciones entre información básica (resultados de la OIE) y datos detallados (bibliografía científica). Sin embargo, incluso los datos más detallados variaban ampliamente, tanto en el contenido como en la utilidad.

6.18 Antes de realizar un examen de los factores que intervienen en un proceso de evaluación del riesgo había que abordar la pregunta básica a la que el análisis debía responder. La pregunta tenía que ser tan específica como fuera necesario, a fin de obtener información útil en apoyo de una decisión posterior relativa a la importación de un lote de pescado o de sus productos. En una pregunta normalmente se especificaba la enfermedad o enfermedades que eran motivo de preocupación, la especie que se deseaba importar y posiblemente el período de tiempo pertinente. Sin embargo, podría ser necesario formular con mayor precisión la pregunta básica, que podría dividirse en preguntas más concretas. A veces sólo después de examinar el problema a fondo se sabía con claridad cuáles eran exactamente los riesgos que había que estimar. En consecuencia, podía ser necesario reformular la pregunta original. Una vez identificado el peligro, había que enumerar todas las circunstancias que probablemente se producían durante la importación, a fin de prever la vía adecuada para evitar que se diera el fenómeno no deseado.

6.19 En general, los factores potenciales de riesgo podían dividirse en cuatro categorías por orden de prioridad, a saber:

  • enfermedades que fuesen motivo de preocupación y su prevalencia en las especies de exportación y en cualquier otra estrechamente relacionada con ellas en el país exportador y zonas circundantes;
  • epizootiología de esas enfermedades;
  • eficacia de los sistemas de vigilancia y supervisión de las enfermedades en la zona o el país de exportación y las competencias de la administración pública en materia de comercio del pescado y enfermedades de los peces;
  • sensibilidad y especificidad de las pruebas de diagnóstico para la detección e identificación de los organismos patógenos que fuesen motivo de preocupación.

Los factores de riesgo identificados también se podían desglosar ulteriormente en temas más específicos, según se indica a continuación:

    a) Factores relativos al país: las enfermedades presentes tanto en el país o la región de exportación como en los de importación, que incluirían factores como la prevalencia de las enfermedades, sus características (métodos de propagación, manifestación de síntomas, estado de portador y especies reservorio) y la prevalencia de la infección residual; a los establecimientos/instalaciones (presencia de vectores conocidos, presencia de peces anádromos en los abastecimientos de agua, sistemas de elaboración); evaluación de los servicios de vigilancia (políticas y legislación de importación/exportación) y el transporte. Había que tener en cuenta asimismo los factores relativos al destino, pero era necesario incluir la susceptibilidad del huésped y el uso final de la importación. Estos factores se habían de examinar para cada una de las enfermedades que fuesen objeto de preocupación.

    b) Factores relativos al producto, aplicables sobre todo a las enfermedades presentes en el pescado o sus productos más que en los animales vivos. Se referían fundamentalmente a la eliminación o no de cualquier material infectado tras el sacrificio, la tasa de supervivencia de los organismos patógenos tras la elaboración (temperaturas de almacenamiento y tránsito, prácticas aplicadas a los desechos y su eliminación en las instalaciones de elaboración, eliminación durante el almacenamiento) y el volumen de comercio autorizado (la introducción de una enfermedad es directamente proporcional a la cantidad importada). Se podrían examinar asimismo dentro de esta categoría, factores de exposición específicos relativos al uso del producto, o bien crear un apartado independiente que tratase específicamente de la probabilidad de que una especie susceptible resultase infectada y transmitiera la enfermedad.

    c) Se podrían examinar factores de reducción del riesgo que incluyeran las opciones disponibles para reducir la probabilidad de introducción de un agente patógeno. Éstos podrían abarcar factores como el origen del producto, la selección de los establecimientos de destino y prescripciones en materia de elaboración o tratamiento del producto.

6.20 Los riesgos se identificaban mediante la elaboración de una lista de enfermedades potenciales que eran objeto de preocupación por estar asociadas con la importación del producto del pescado, seguida de un examen de las consecuencias de su entrada y establecimiento. Además, era prudente identificar opciones de gestión con objeto de reducir ulteriormente la probabilidad de entrada de enfermedades y examinar las repercusiones socioeconómicas y ecológicas de su radicación.

6.21 El Dr. Rodgers indicó que para una evaluación cuantitativa del riesgo se necesitaban datos históricos reales, puesto que era necesario definir la distribución de la probabilidad de introducción de una enfermedad. En cuanto a su prevalencia, esta información se obtendría de los programas de vigilancia y supervisión. En ausencia de datos fidedignos, tal vez fuera necesario realizar una evaluación cualitativa del riesgo, en particular con respecto a los factores relativos a los propios organismos patógenos potenciales, tales como la patología, la epizootiología, la lucha contra las enfermedades, la supervivencia y la inactivación. En estos casos tal vez era preciso introducir algunas hipótesis, aunque se pudiera adoptar el modelo del caso peor, aun cuando se hubiera incluido la opinión de expertos como sustitutivo a corto plazo de datos documentados reales.

6.22 El Dr. Rodgers indicó que la OIE estaba revisando a fondo sus Directrices para la evaluación de riesgos y que en breve se dispondría de un texto provisional. Aunque no se referían específicamente a los peces, en términos generales los principios serían aplicables a los animales acuáticos y sus productos, como en la versión actual. En consecuencia, esto probablemente supondría un cambio en las directrices de la OIE para la importación de animales acuáticos y sus productos, detalladas en el Código Sanitario Internacional para los Animales Acuáticos.

6.23 La Dra. Wooldridge identificó los siguientes requisitos mínimos necesarios para una evaluación del riesgo, dando una explicación para cada uno.

Requisitos

Explicación

A. Una evaluación del riesgo debe ser transparente, es decir, debe estar formulada claramente y el informe correspondiente ha de incluir todas las referencias pertinentes.

B. Se debe definir y explicar claramente el riesgo objeto de la evaluación.

La evaluación del riesgo asociado con la importación comprende la definición de los productos que hay que incluir en la evaluación y la definición o descripción de los resultados que revistan interés. En una evaluación del riesgo asociado con la importación estos resultados serán normalmente las diversas consecuencias no deseadas que se hayan identificado.

C. Hay que definir y exponer claramente el peligro o los peligros que se examinen. Si en la solicitud de evaluación del riesgo no se ha especificado un peligro concreto, se requerirá una identificación del peligro de una amplitud suficiente.

Se debe tomar una decisión sobre cuáles son los peligros pertinentes. Si la decisión es que todos los organismos patógenos revisten interés, se debe realizar una investigación de los peligros para identificar todos los organismos patógenos que pueda haber en los productos considerados.

D. Se deben dilucidar y exponer con claridad las posibles vías que conducen desde los peligros de interés hasta los resultados que se investigan (es decir, la secuencia necesaria de los acontecimientos). Los detalles de cualquiera de los procedimientos que se introduzcan en alguna etapa de la vía (por ejemplo, la comprobación de la infección) deben estar plenamente respaldados por referencias si fuera necesario.

Estas vías se definirán sobre la base de los requisitos (fundamentalmente biológicos) necesarios para llegar a los resultados definidos, y la manera más clara de ilustrarlos es como una serie de pasos en un diagrama. Las referencias completas facilitan la transparencia. En la mayoría de las evaluaciones del riesgo asociado con la importación habrá (de forma implícita o explícita) una fase de evaluación de la aparición del riesgo, una de evaluación de la exposición y una de evaluación de sus consecuencias; por lo general los resultados consistirán en la determinación de consecuencias.

E. Para cada paso identificado en la vía, se debe recopilar información (datos) a fin de evaluar la probabilidad de que se produzca. Ésta puede variar de un peligro a otro, por lo que debe ser específica de cada peligro en caso necesario. La información se debe exponer claramente y se ha de indicar su procedencia.

La información (datos) será cualitativa o cuantitativa, en función de la disponibilidad y del tipo de evaluación que se esté realizando. Los evaluadores deberían realizar una búsqueda lo más minuciosa posible a fin de disponer de la información más adecuada para la evaluación. Unas referencias completas facilitan la transparencia.

F. La probabilidad general de la vía que siguen realmente los acontecimientos desde el peligro hasta el resultado definido se evalúa de forma cualitativa o cuantitativa para cada peligro y resultado definido, utilizando la información obtenida. En la evaluación cuantitativa se aplica también al tratamiento matemático apropiado. Se deben explicar claramente los razonamientos, el tratamiento matemático (si se aplica) y las conclusiones. En la evaluación cuantitativa ha de indicarse el período de tiempo pertinente.

La probabilidad se establecerá en términos cualitativos (por ejemplo, riesgo alto, bajo, insignificante) o cuantitativos. El período de tiempo puede ser un tiempo real (por ejemplo, riesgo anual) o un período determinado sobre la base de la cantidad (por ejemplo, riesgo por lote).

La Dra. Wooldridge indicó que estos requisitos básicos eran los mismos para todos los productos o enfermedades. Las variaciones específicas que, en función de la evaluación solicitada, se presentasen en cada componente del diagrama estaban previstas en los requisitos mínimos definidos.

6.24 Con respecto al Informe provisional de 1995, la Dra. Wooldridge observó que la mayor parte de este documento de análisis del riesgo consistía en una evaluación cualitativa del riesgo con una exposición muy clara y transparente. El documento incluía asimismo:

  • Un resumen operativo breve y claro en el que se sintetizaban todos los puntos principales.
  • Una introducción (Sección 1), que incluía una definición del análisis del riesgo y, en consecuencia, de la evaluación del riesgo.
  • Unos antecedentes (Sección 2), con una breve reseña general de la metodología de evaluación del riesgo, incluida la secuencia de circunstancias necesarias para que se produjeran las consecuencias no deseadas (Sección 2.2) y una evaluación de la situación sanitaria de los salmónidos australianos, necesaria para la evaluación de las consecuencias ante la invasión de una enfermedad a través de la importación (Sección 2.9).
  • Una sección sobre factores de riesgo (Sección 3), que describía con detalle las vías potenciales desde el peligro hasta el riesgo e ilustraba mediante diagramas una evaluación, en caso necesario, del efecto de cada una de las fases en la probabilidad de que los organismos patógenos viables lograran superar esa etapa.
  • Una sección sobre enfermedades (Sección 4), que contenía los resultados iniciales de la identificación del peligro y una lista en la que se definían los peligros o las enfermedades objeto de esta evaluación. A continuación figuraba una sección con todas las referencias relativa a cada peligro de enfermedad, incluido, en cada uno de los casos, un examen de los factores que intervenían en la evaluación de la probabilidad de un brote enfermedad debido a ese peligro.
  • Una sección de examen (Sección 5), cuya parte relativa a la evaluación del riesgo incluía resúmenes de las consideraciones sobre las enfermedades, las conclusiones relativas a los productos, los problemas para el medio ambiente (incluida la situación actual de enfermedad registrada en Australia y la reglamentación aplicada a otras especies de pescado importado) y el análisis de las consecuencias. Se examinaban asimismo las pruebas obtenidas de la experiencia de importación de pescado en otros países y de la de Australia antes de la entrada en vigor de la reglamentación actual. Se incluía un análisis inicial de cada posible peligro de enfermedad y luego, teniendo en cuenta todos los factores pertinentes, se evaluaba cualitativamente la probabilidad de un resultado no deseado derivado de la importación de los productos objeto de examen.

Además, se analizaban cuestiones relativas a la gestión del riesgo, incluidos los aspectos relativos a la determinación del nivel de riesgo. La Dra. Wooldridge señaló específicamente los puntos siguientes indicados en la página 217: que la mera posibilidad de que un producto importado contuviera organismos patógenos exóticos no era motivo suficiente para prohibir la importación; que Australia había considerado inviable el método del 'riesgo cero'; y que las decisiones sobre cuarentena debían basarse en la mejor información disponible y los resultados más probables teniendo en cuenta esa información. Por consiguiente, se insistía siempre en el intento de estimar la probabilidad más que la simple posibilidad. En conclusión, en este análisis se formulaban recomendaciones sobre la gestión del riesgo derivadas de las probabilidades estimadas en la evaluación cualitativa del riesgo.

En el Informe provisional de 1995 se incluía asimismo un glosario y varios apéndices en los que figuraba un proyecto sobre condiciones de importación; en el apéndice 6 se hacía una recomendación sobre la política aplicable, basada en los resultados obtenidos.

6.25 En resumen, la Dra. Wooldridge indicó que el Informe provisional de 1995 era desde el punto de vista técnico y científico una evaluación cualitativa del riesgo clara y bien ejecutada con arreglo a todas las prescripciones esenciales, en particular con respecto a la claridad del fundamento en el que se basaban las conclusiones alcanzadas. Señaló que no tenía competencia para formular observaciones acerca de la validez de la información relativa al pescado facilitada en el Informe.

6.26 Con respecto al Informe final de 1996, la Dra. Wooldridge señaló que este documento era el resultado del proceso de comunicación del riesgo iniciado tras la publicación del Informe provisional. Contaba de un resumen operativo y de cuatro secciones. La primera sección se describía como un análisis del riesgo, la segunda contenía los datos utilizados para las enfermedades identificadas como peligrosas. Por consiguiente, las dos primeras secciones incluían la evaluación final del riesgo de introducción de enfermedades, así como conclusiones y decisiones relativas a la gestión del riesgo. Estas secciones tenían las equivalentes en el Informe provisional. Expresó la opinión de que, para mayor claridad de la comparación, la presentación de la evaluación del riesgo en los documentos pertinentes debería ser a grandes rasgos semejante, pero observó que en este caso no ocurría así.

6.27 La tercera sección del Informe final de 1996 era un evaluación económica del efecto de la introducción de dos de las enfermedades, y la sección final contenía la mayor parte de la respuestas al Informe provisional, es decir, los resultados del proceso de comunicación del riesgo. Estas secciones no tenían equivalentes en el Informe provisional.

6.28 El proceso de comunicación del riesgo tenía dos funciones primordiales: permitía identificar imprecisiones en el proceso de evaluación del riesgo y facilitar información con respecto al nivel aceptable de riesgo en los sectores interesados de la comunidad. Estos eran dos tipos distintos de información, con repercusiones diferentes. En opinión de la Dra. Wooldridge, cada elemento de la documentación de tal proceso de consulta debería referirse específicamente, mediante referencias cruzadas, al lugar del análisis inicial del riesgo y la evaluación del riesgo para demostrar claramente si el proceso de comunicación había modificado y alterado la evaluación inicial, las conclusiones y las consiguientes recomendaciones sobre políticas, cómo lo había hecho y exactamente en qué aspectos y por qué razones.

6.29 Los "elementos de hecho" o los aspectos de la metodología nuevos o modificados que se incorporasen a la identificación de los peligros o a la propia evaluación del riesgo se debían indicar claramente, y también se debería poder ver de inmediato su relación con cualquier conclusión alterada alcanzada en la evaluación. Esto permitía llegar a un acuerdo sobre la evaluación del riesgo, es decir, la estimación del riesgo existente, con independencia de cualquier otra consideración sobre el riesgo aceptable. Había que indicar también con claridad cualquier cambio en la política de gestión del riesgo recomendada que se debiese exclusivamente a la existencia de conclusiones diferentes en la evaluación del riesgo modificada.

6.30 Cualquier cambio en el nivel de riesgo considerado como aceptable por el encargado de la gestión del riesgo tras consultar durante el proceso de comunicación se debía examinar y describir por separado, y cualquier efecto resultante en la política de gestión del riesgo debía diferenciarse claramente de los efectos de una evaluación del riesgo modificada.

6.31 La Dra. Wooldridge señaló que no ocurría así en el documento analizado, puesto que, aunque las respuestas recibidas en la etapa de comunicación del riesgo se registraban en la sección final, los modelos de análisis del riesgo y evaluación del riesgo eran muy diferentes de los del Informe provisional. Este procedimiento dificultaba la identificación de las diferencias, particularmente de detalle, entre las dos evaluaciones del riesgo y de la manera exacta en que se presentaban. No obstante, había algunas diferencias muy importantes.

6.32 Al comparar el Informe provisional de 1995 y el Informe final de 1996, la Dra. Wooldridge observó que había habido diferencias en cuanto a la presentación, la claridad y la transparencia. La primera diferencia importante era que los procesos realizados y las conclusiones alcanzadas en la evaluación real del riesgo aparecían expuestos de manera mucho menos clara que en el Informe provisional. Se había modificado el orden y el índice (página v) no era muy útil para buscar información; con frecuencia resultaba difícil localizar los datos.

6.33 Debido en parte a la metodología utilizada y en parte a la presentación, era más difícil (si no imposible) distinguir entre las secciones correspondientes a la evaluación del riesgo y las que contenían un examen de cuestiones relativas a la gestión del riesgo, en particular con respecto al riesgo aceptable; en su opinión, éste era un defecto grave. En un análisis del riesgo siempre había que distinguir con claridad entre riesgo evaluado y riesgo aceptable.

6.34 Observaba también que el orden de presentación era confuso. La mayor parte de la información relativa a las enfermedades mismas (Sección 2) figuraba ahora después de la evaluación en la cual se utilizaba dicha información (Sección 1), y lo mismo sucedía en el caso del resumen de la metodología del "análisis del riesgo" (Apéndice 1.7.7). Las posibles vías del riesgo examinadas estaban expuestas de forma mucho menos clara y menos detallada que en el Informe provisional. En particular, las Secciones 1.3.2 (Análisis del riesgo: Consideraciones) y 1.4 (Consideraciones sobre el análisis del riesgo) estaban insuficientemente explicadas en su opinión (y además los títulos eran confusos). Debido a esto resultaba muy difícil llegar a conclusiones pertinentes sobre la evaluación.

6.35 Las respuestas recibidas durante el proceso de consulta, en las que se basaban los cambios introducidos tanto en la evaluación del riesgo como en la aceptación del riesgo, estaban registradas en las dos secciones finales (Secciones 3 y 4), y no era fácil relacionarlas con los cambios introducidos en la evaluación final del riesgo en comparación con la versión del Informe provisional. Una separación clara de las respuestas por categorías (en particular si se referían a hechos, conclusiones o recomendaciones sobre políticas) y un sistema de referencias cruzadas de éstas con sus efectos en los datos iniciales de evaluación del riesgo, las conclusiones de la estimación del riesgo, y las cuestiones relativas a la gestión del riesgo, permitirían aumentar la claridad y la comparabilidad en el análisis del riesgo.

6.36 No se sabía con claridad por qué razón el Informe final era menos claro que el Informe provisional. En su opinión el Informe final era mucho menos transparente.

6.37 La Dra. Wooldridge indicó que la siguiente diferencia importante era que se había modificado la metodología básica de evaluación del riesgo. Tanto el Informe provisional como el Informe final eran evaluaciones cualitativas. En el Informe final había un examen de la imposibilidad, dada la información disponible, de realizar cualquier evaluación cuantitativa del riesgo (página 24) y, específicamente, en la página 25 se señalaba que "este documento examina las vías potenciales de entrada en el medio ambiente acuático, pero no calcula la probabilidad de que se produzca la exposición". Sin embargo, en el Informe final no sólo quedaba descartada explícitamente la posibilidad de una evaluación cuantitativa, sino que luego se efectuaba la evaluación cualitativa, basada en el supuesto implícito de que, sin una cuantificación, la evaluación sólo se podía referir a la posibilidad de entrada del agente patógeno, sin hacer ningún intento de atribuir, sobre la base de un análisis cualitativo, probabilidades basadas en la información disponible.

6.38 Esto daba lugar a conclusiones como la siguiente: "Habrá una posibilidad desconocida -con cierto grado de incertidumbre con respecto a la fiabilidad de cualquier estimación- de que el producto importado esté infectado" (página 50). Sin embargo, esto es lo que ha de determinarse antes de realizar una evaluación del riesgo.

6.39 La Dra. Wooldridge opinaba que el examen exclusivo de la posibilidad de consecuencias particulares, y no la probabilidad, no era un método técnico adecuado ni un resultado científico correcto de una evaluación del riesgo. Ésta era la diferencia más importante entre el Informe provisional y el Informe final.

6.40 La Dra. Wooldridge observó además que había diferencias en los datos utilizados en la evaluación. En el documento final se tenían en cuenta varios factores adicionales específicos del riesgo, y éste era un resultado adecuado del proceso de comunicación. Las diferencias identificadas se referían, por ejemplo, a la utilización de biopelículas sobre el equipo de elaboración (página 25), la determinación de posibles enfermedades adicionales (página 26) y la inclusión de una hipótesis, tal vez incorrecta, acerca de la cantidad de salmón cuya cocción se preveía (página 30).

6.41 En la evaluación inicial del riesgo figuraban algunos datos que no parecían estar presentes en la evaluación final. Por ejemplo, en los cuadros de datos de la sección sobre los factores de riesgo del Informe provisional (por ejemplo, página 17), la presentación era muy diferente, por lo que resultaba difícil estar completamente seguro de que no se los hubiera incluido en alguna otra parte. Resultaba inexplicable que no se hubieran incluido los datos.

6.42 En resumen, la Dra. Wooldridge señaló que en su opinión la metodología de evaluación del riesgo del Informe provisional de 1995 era superior a la del Informe final de 1996 y era técnicamente aceptable, mientras que la del Informe final no lo era. Por las razones que había citado, estimaba que el Informe final de 1996 no cumplía los requisitos metodológicos mínimos explícitos de una evaluación del riesgo. Observó que no tenía competencia para formular observaciones sobre la información específica relativa a las enfermedades de peces identificadas, sobre si la identificación del peligro era completa ni sobre la información técnica relativa a la elaboración de que eran objeto los peces. La medida en que esta información fuera exacta y completa afectaría naturalmente a las conclusiones definitivas de cualquier evaluación.

Para continuar con Australia - Medidas que Afectan a la Importación de Salmón: Pregunta 2