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Organización Mundial
del Comercio

WT/DS18/R
12 de junio de 1998
(98-2258)
Original: inglés

Australia - Medidas que Afectan a la Importación de Salmón

Informe del Grupo Especial

(Continuación)


Pregunta 2. El Grupo Especial observa que el Gobierno de Nueva Zelandia realizó en 1994 una evaluación del riesgo con respecto a la importación de salmón del Pacífico canadiense (documento presentado por ambas partes). �De qué manera y en qué medida considera que la evaluación del riesgo realizada por Nueva Zelandia tiene interés desde un punto de vista científico y técnico para la presente diferencia? �Cuál es la importancia para el Informe final australiano de las pruebas científicas analizadas en la evaluación del riesgo de Nueva Zelandia?

6.43 El Dr. Burmaster respondió que el informe preparado por Nueva Zelandia en 1994 cumplía los requisitos mínimos para la cuantificación en una evaluación del riesgo de este tipo. En cuanto a la importancia de las pruebas científicas observó que, sobre la base de conversaciones que había mantenido con un biólogo familiarizado con la situación en Nueva Zelandia y Australia, consideraba que había muchas semejanzas en las condiciones de estos dos países. Desde su perspectiva de asesor de riesgo probabilístico (pero no especializado en biología pesquera), estimaba que el Informe de Nueva Zelandia resolvía muchos de los problemas -y tal vez todos- planteados entre Australia y el Canadá. Si Australia no estaba de acuerdo en que el Informe de Nueva Zelandia solucionaba todos los problemas entre ambos países, opinaba que ese país debía preparar una nueva evaluación del riesgo, utilizando métodos probabilísticos, para cuantificar los riesgos asociados a las diferentes políticas.

6.44 El Dr. Rodgers señaló que la evaluación del riesgo del Gobierno de Nueva Zelandia de 1994, relativa al riesgo de introducción de enfermedades exóticas de los peces a través de la importación de salmón del Pacífico capturados en el océano procedente del Canadá, contenía algunos datos fácticos que eran importantes en la presente diferencia. La información básica como tal era útil. Puesto que en el momento de la preparación del Informe no se disponía de datos suficientes, se había recurrido a una combinación de evaluaciones del riesgo cualitativas y cuantitativas, aunque estas últimas se limitaban a una sola enfermedad (forunculosis). En la evaluación se analizaban los datos disponibles de una manera científicamente competente y, cuando era necesario, se tenía en cuenta la opinión de los expertos para complementar la información publicada y llenar las lagunas existentes en las bases de datos. Por desgracia, la falta de datos en algunos sectores importantes significaba que los resultados consignados eran cualitativos y, por consiguiente, algunos no guardaban relación con la presente diferencia, puesto que de una opinión sin validar podían extraerse conclusiones distintas. Además, las condiciones aplicables a Nueva Zelandia podían no ser de igual importancia para otro país, y tal vez fuera necesario examinar factores adicionales del riesgo en otra evaluación. Por ejemplo, habría que volver a evaluar el medio ambiente, las especies de peces de criadero y la presencia de especies huéspedes susceptibles. En consecuencia, si Australia realizaba una evaluación del riesgo análoga utilizando la misma información en apoyo de factores del riesgo adicionales, las conclusiones podían ser distintas.

6.45 El Dr. Rodgers señaló que el informe publicado recientemente (octubre de 1997) por el Gobierno de Nueva Zelandia y titulado "Import health risk analysis: salmonids for human consumption" (Análisis del riesgo para la salud asociado con las importaciones: salmónidos para consumo humano) tenía una importancia equivalente o incluso superior. En efecto, se trataba de una actualización más amplia del anterior informe de 1994, puesto que contenía información fáctica adicional sobre la supervivencia de los agentes patógenos, su inactivación y los probables niveles de presencia en los tejidos. Además, se había modificado y mejorado el modelo de evaluación cuantitativa del riesgo, mediante el empleo de distribuciones alternativas para las probabilidades obtenidas a partir de la opinión de los expertos y el posible número de peces infectados importados por tonelada de producto. Era al mismo tiempo un informe más global porque tenía en cuenta el salmón del Atlántico de criadero producido en Noruega, el salmón del Pacífico en libertad de la región del Pacífico de América noroccidental y la trucha arco iris producida en criaderos de Dinamarca. En consecuencia, se incluían dos elementos adicionales, a saber, la prevalencia de la infección de los peces capturados y el peso de los peces. Volviendo al ejemplo de la forunculosis, una de las conclusiones había sido que, mientras que en una evaluación cualitativa del riesgo se indicaba que el riesgo de la introducción de Aeromonas salmonicida (bacteria causante de la forunculosis) a través de las importaciones del producto era bajo, la cuantificación del riesgo demostraba ulteriormente que no era probable que ese riesgo se concretase, particularmente teniendo en cuenta el volumen anual relativamente pequeño que era probable que se importara.

6.46 La Dra. Wooldridge respondió que en la evaluación del riesgo de Nueva Zelandia se abordaba la cuestión de la importación en Nueva Zelandia del mismo producto, el salmón del Pacífico capturado en el océano procedente del Canadá. Al igual que en el análisis de Australia, se tenía también en cuenta el efecto de la evisceración y la eliminación de la cabeza. Este estudio contenía un análisis cualitativo, con una evaluación además de recomendaciones de actuación en relación con una serie completa de peligros identificados, y una evaluación cuantitativa sobre un peligro concreto (Aeromonas salmonicida).

6.47 En cuanto al análisis y la evaluación cuantitativos, en la página 3 se resumía la posible vía entre el peligro y el resultado no deseado (introducción de enfermedades de los peces). Ésta incluía las medidas relativas a la liberación (es decir, la importación de material infectado) y a la exposición y transmisión en Nueva Zelandia. En la evaluación principal se examinaban 23 enfermedades consideradas peligrosas. En la evaluación del riesgo realizada por Australia estaban incluidas todas esas enfermedades; la única examinada en el estudio australiano que no figuraba en la evaluación de Nueva Zelandia era la enfermedad del vértigo (Myxobolus cerebralis), pero en una parte anterior del documento se señalaba que dicha enfermedad estaba ya presente en Nueva Zelandia (página 10).

6.48 Así pues, se estaba evaluando el mismo producto, que en el Canadá se sometía a los mismos procesos antes de la exportación. Por consiguiente, los riesgos de la exportación o la liberación para cada enfermedad relacionada con la exportación del mismo tipo, calidad y elaboración de salmón en el punto de exportación eran los mismos, con independencia de su destino previsto. Hasta ese punto, pues, la evaluación era totalmente pertinente, tanto desde un punto de vista científico como técnico, para el examen de la presente diferencia y el Informe final australiano. Cabía esperar que se utilizarían básicamente los mismos datos y que las conclusiones relativas a la evaluación del riesgo serían las mismas. Cualquier discrepancia habría de dar lugar a una ulterior investigación.

6.49 Las condiciones de tránsito, la elaboración en el país de destino, las vías locales de exposición y la susceptibilidad de los peces locales podían ser diferentes, y los datos, los resultados de las evaluaciones y las conclusiones no serían necesariamente los mismos con respecto a la exposición y las consecuencias probables. Sin embargo, la metodología básica debería ser semejante, por lo que era técnicamente pertinente. En la práctica, a pesar de las posibles diferencias en cuanto a la exposición, etc., la evaluación cualitativa de Nueva Zelandia era en gran parte semejante al proyecto de evaluación de Australia en cuanto al contenido, el método y las conclusiones.

6.50 La evaluación de Nueva Zelandia ofrecía también, para cada enfermedad, un resumen muy claro de los motivos por los cuales se llegaba a una conclusión, y éste era un aspecto muy útil de esa evaluación. A partir de ahí era posible identificar qué enfermedades se consideraban de riesgo insignificante debido a los resultados de la evaluación de su liberación; de las 23 enfermedades examinadas 15 se habían clasificado como de riesgo insignificante utilizando solamente esta evaluación. De las otras ocho, cuatro se consideraron de riesgo insignificante, debido en parte a que requerían huéspedes intermedios específicos que no parecían estar presentes en esas aguas, y las otras cuatro debido en parte a que ya estaban presentes en Nueva Zelandia, aunque en todos los casos los resultados obtenidos en la evaluación de su liberación habían desempeñado también una función importante para llegar a las conclusiones. No obstante, las pautas de exposición y la situación de las enfermedades locales (es decir, los datos utilizados) se podrían comparar, si fuera necesario, directamente con las de Australia en el caso de estas ocho enfermedades, al igual que en la enfermedad del vértigo.

6.51 La Dra. Wooldridge formuló también algunas observaciones sobre la evaluación cuantitativa tal como se utilizaba en el informe de Nueva Zelandia. En las evaluaciones de ambos países, se consideraba que la enfermedad con más probabilidades de introducción era la forunculosis causada por Aeromonas salmonicida. En la evaluación de Nueva Zelandia se llegaba a la conclusión, teniendo en cuenta el resultado de la evaluación de la liberación, de que "el salmón del Pacífico silvestre capturado en el océano de la costa occidental de América del Norte no es probable que introduzca A. salmonicida cuando se importa sin vísceras ni cabeza (página 35). Luego añadía: "Sin embargo, debido a que A. salmonicida es el único agente patógeno del salmón que probablemente estará presente en concentración alta en los músculos de los peces enfermos, es objeto de una evaluación cuantitativa del riesgo independiente" (página 36).

6.52 El método empleado en esta evaluación cuantitativa se basaba en la simulación (estocástica) de Monte Carlo, que permitía utilizar la incertidumbre y variabilidad de la vida real en las distribuciones incorporadas al modelo. Los resultados no eran simplemente valores puntuales únicos, sino que también se daban como distribuciones, que se podían representar gráficamente y analizar mediante un método estadístico. Por consiguiente, se facilitaba mucha más información que en un modelo determinístico puntual aislado, y en general era el método preferido para estas evaluaciones cuantitativas.

6.53 En la evaluación se examinaba el riesgo de cuatro posibles presentaciones del producto (página 56), pero, sobre todo, la evaluación de la liberación estaba explícitamente separada de la evaluación de la exposición (por ejemplo, página 58). Al igual que la evaluación cualitativa, esta evaluación de la liberación también era aplicable desde los puntos de vista científico y técnico a Australia. Igualmente, aunque los datos de importación específicos (en particular el volumen anual estimado de importaciones) y las vías de exposición y la susceptibilidad pudieran ser diferentes, exigiendo un modelo de exposición diferente en los detalles, los métodos técnicos empleados en esta evaluación cuantitativa eran totalmente aplicables a cualquier otro destino de importación, incluida Australia.

6.54 La Dra. Wooldridge señaló que la evaluación cuantitativa requería asimismo la disponibilidad de datos adecuados y que en el Informe final australiano se aducía que no se disponía de tales datos. Sin embargo, en la evaluación de Nueva Zelandia se ponía de manifiesto que, por lo menos para esta enfermedad, existían fuentes de datos para la parte de la evaluación de la liberación y, en su opinión, no eran convincentes los motivos invocados para justificar que esos datos no se hubiesen utilizado también en Australia. Observó que en general había muchos más datos disponibles para casi todas las evaluaciones cuantitativas del riesgo de los que a primera vista parecía probable obtener. Sin embargo, la fuente y la índole de dichos datos no siempre podían determinarse de inmediato y sólo cuando un modelo comenzaba a perfeccionarse se podía plantear plenamente la necesidad de incorporar datos específicos.

6.55 En resumen, la Dra. Wooldridge estimaba que toda la metodología técnica y una gran proporción de los datos científicos utilizados en la evaluación del riesgo de Nueva Zelandia eran pertinentes tanto a los efectos de la presente diferencia como con respecto al Informe final australiano. Recordó que no se consideraba competente para formular observaciones sobre la precisión de los datos basados en los peces, pero, en el caso concreto de los datos utilizados en las evaluaciones de la liberación, y dadas las condiciones especificadas, señaló que si eran correctos para Nueva Zelandia también lo eran para Australia.

Pregunta 3. El Canadá alega que para que una evaluación del riesgo sea adecuada no es suficiente señalar o demostrar la posibilidad de riesgo. En opinión del Canadá se ha de evaluar y determinar una cierta probabilidad de riesgo. �Cuál es su opinión a este respecto desde el punto de vista científico y técnico? �En qué medida, desde ese punto de vista se ha de hacer un análisis cuantitativo o se han de utilizar expresiones cualitativas en una evaluación del riesgo para que ésta pueda estimarse satisfactoria? �Hasta qué punto considera que se puede establecer la probabilidad de aparición del riesgo en cuestión cuando se trata de más de un agente patógeno?

6.56 El Dr. Burmaster indicó que estaba de acuerdo con el Canadá en este punto. Consideraba que el instrumento más adecuado para resolver la presente diferencia entre los dos países era una valoración cuantitativa del riesgo utilizando técnicas probabilísticas. Aunque no podía indicar con precisión en qué medida era necesario hacer un análisis cuantitativo o utilizar expresiones cuantitativas para que una evaluación pudiese considerarse satisfactoria, estimaba que la presente diferencia entraba ciertamente en un ámbito en el cual era necesario realizar una evaluación totalmente cuantitativa del riesgo. Con respecto al establecimiento de la probabilidad de aparición del riesgo cuando se trataba de más de un agente patógeno se remitió a su respuesta a la pregunta 4.

6.57 El Dr. Rodgers respondió que la diferencia entre la posibilidad de riesgo y la probabilidad de riesgo se basaba fundamentalmente en la disponibilidad de datos fidedignos. Cuando no se disponía de datos suficientes para una evaluación cuantitativa del riesgo, era necesario realizar en su lugar un análisis cualitativo. Otra posibilidad era que ambos tipos de análisis se utilizasen para complementarse entre sí. Sin embargo, el concepto más matemático de evaluación cuantitativa del riesgo, que utilizaba distribuciones de probabilidades con un valor de predicción, daba una indicación de la probabilidad de que se produjese un acontecimiento. Por otra parte, de un análisis cualitativo subjetivo no se podía obtener la misma probabilidad, puesto que con esta metodología solamente se podía determinar la posibilidad de que se registrase un acontecimiento o una serie de acontecimientos. En otras palabras, el análisis cuantitativo del riesgo asignaba equivalentes numéricos a las estimaciones e hipótesis cualitativas. El método cuantitativo era más exacto y era el que se debería utilizar en condiciones ideales (si se dispusiera de los datos) para obtener una respuesta más válida con respecto a una cadena potencialmente compleja de interacciones. Sin embargo, esto significaba que había que conocer con cierta precisión todas las variables relacionadas con una importación, con objeto de poder determinar matemáticamente los riesgos.

6.58 La posibilidad y la probabilidad de que se produjera un acontecimiento comprendía elementos tanto de probabilidad como de riesgo. Sin embargo, al Dr. Rodgers no le constaba que existiera algún requisito previo sobre la utilización de un método cuantitativo, particularmente en vista de la falta de datos en algunos sectores fundamentales de la sanidad de los animales acuáticos. Esto era igualmente aplicable cuando se trataba de más de un agente patógeno, puesto que, aunque muchas enfermedades diferentes tenían factores de riesgo comunes, cada una de ellas podría tener factores únicos que habría que examinar, y cada uno de éstos contaría con una cantidad y calidad variables de datos utilizables.

6.59 La Dra. Wooldridge indicó, con respecto a la distinción entre probabilidad y posibilidad, que, en su opinión, una evaluación del riesgo tenía por objeto evaluar la probabilidad de riesgo. Consideraba que este era uno de los requisitos mínimos (véase la respuesta a la pregunta 1). Cuando existía un agente patógeno, siempre se podía elaborar una hipótesis de posible transmisión de la infección, aunque ésta no fuera probable; por lo tanto, la demostración de una posible transmisión de enfermedad no resultaba pertinente.

6.60 Sin embargo, no era preciso que la probabilidad se expresara cuantitativamente, y con frecuencia no se podía. Por consiguiente, en la evaluación cualitativa se planteaba la dificultad del significado de los términos utilizados, por ejemplo riesgo alto, medio o bajo, y podían plantearse problemas de subjetividad. Cuando se evaluaban varios peligros, con frecuencia era posible distinguir entre ellos y de esta manera clasificarlos como de riesgo alto o bajo dentro del grupo objeto de examen. Sin embargo, en la evaluación cualitativa del riesgo asociado con la importación y cuando se trataba de una enfermedad de consecuencias graves, normalmente se buscaba algo que pudiera describirse o clasificarse como riesgo 'insignificante' con respecto a la consecuencia de producir un brote de la enfermedad. Es decir, habida cuenta de todos los datos disponibles, la conclusión de la mayoría de las personas con conocimientos especializados adecuados sería que la probabilidad de que el organismo superase todas las etapas necesarias entre el peligro potencial y el resultado no deseado era muy reducida. Se aceptaba que había todavía un grado de subjetividad incluso en esta clasificación y que éste era el motivo por el cual la evaluación debía ser completamente transparente.

6.61 La Dra. Wooldridge señaló también que, con respecto a la clasificación cualitativa inicial, cualquiera que fuese el riesgo (desconocido) inicial, con frecuencia era posible cuantificar el grado en que dicho riesgo podía reducirse si se aplicaban ciertas medidas de salvaguardia. Así pues, suponiendo que hubiese pruebas cualitativas de que inicialmente existía un riesgo "bajo", tal vez fuera posible deducir que existía un riesgo "insignificante" tras la aplicación de medidas de salvaguardia y la realización de una evaluación cuantitativa de la diferencia.

6.62 Cuando había más de un agente patógeno, si se podía realizar una evaluación cuantitativa para cada enfermedad sería posible cuantificar el riesgo total. Sin embargo, las evaluaciones cuantitativas individuales eran laboriosas y podrían no ser viables. En cualquier caso, las evaluaciones cualitativas eran las que generalmente se hacían al comienzo.

6.63 Cualquiera que fuese el método utilizado, si se consideraba que una de las enfermedades objeto de evaluación individual representaba por sí sola un riesgo, a un nivel acordado por todas las partes interesadas como inaceptable para el país importador, ese producto no se importaría. Por consiguiente, en esas circunstancias siempre era necesario evaluar primero el riesgo de cada enfermedad por separado. Solamente se planteaba un problema cuando a las enfermedades evaluadas individualmente se les asignaba un nivel de riesgo muy bajo y cuando se trataba de evaluaciones cualitativas.

6.64 En esa situación, si cada riesgo individual se había clasificado como "insignificante" se podía sostener con cierta justificación que el riesgo general era, por consiguiente, insignificante. Sin embargo, mediante algún sistema de clasificación ulterior de los riesgos incluidos en la categoría de "insignificantes", tal vez fuera posible determinar cuál era la enfermedad con el riesgo máximo. El método adoptado por Nueva Zelandia para esta situación había permitido hacer una evaluación cuantitativa de la enfermedad a la que se había asignado el riesgo cualitativo más alto. Aunque Nueva Zelandia no lo hacía, luego se podía evaluar cuantitativamente el riesgo total máximo, suponiendo que cada una de las demás enfermedades tuviera el mismo nivel de riesgo. De esta manera se sobreestimaba el riesgo total máximo. En función de los datos disponibles, también se podían realizar variaciones de este método para definir con más precisión las diferencias entre las enfermedades.

6.65 La Dra. Wooldridge señaló además que podía suceder que una enfermedad predispusiera para otra (por ejemplo, debido a una inmunorrelación). El efecto podía ser difícil de determinar, puesto que, si bien ello podía aumentar el riesgo de infección para una enfermedad, también podía aumentar la tasa total de detección de la enfermedad objeto de inspección. Cuando los niveles de la enfermedad fueran insignificantes para ambas, ésta se podía evaluar como de poca importancia en los dos casos.

6.66 Se aceptaba que cuando, en un análisis cualitativo, un grupo de enfermedades no se incluía entre las de muy bajo riesgo, sin aportar datos adicionales, la estimación del riesgo total sería difícil. Sin embargo, la reserva inicial anteriormente mencionada parecía indicar que en ese caso el producto siempre se rechazaría. Además, cuando una enfermedad no era de riesgo bajo, a menudo tenía luego más probabilidad de serlo, porque era más prevalente y, por consiguiente, con frecuencia se llegaba a conocer mejor; en tal caso, era posible que se dispusiera de datos para cuantificar dicho riesgo.

6.67 En resumen, la Dra. Wooldridge indicó que, aunque tal vez no siempre fuera posible estimar de manera completa el riesgo total cuando se trataba de enfermedades múltiples, probablemente se podría llegar a conclusiones aplicables acerca de la probabilidad del nivel total de riesgo.

Pregunta 4. En el caso de que una medida sanitaria se refiera a varias enfermedades, desde el punto de vista de la técnica de evaluación del riesgo, �es necesario evaluar la probabilidad de entrada y radicación de cada uno de los agentes patógenos por separado, de todos juntos o ambas cosas? �Hasta qué punto es necesario explicar las distintas características de los huéspedes y de los agentes patógenos; las características de uso y eliminación de los productos? �Debe incluir también la evaluación del riesgo una evaluación de la probabilidad de entrada, radicación y propagación del agente patógeno a partir de las importaciones de productos de otras especies conocidas como portadoras de las mismas enfermedades? Desde el punto de vista científico y técnico, �es válido realizar una evaluación del riesgo enfermedad por enfermedad o producto por producto, o podría adoptarse cualquiera de los dos métodos? �Qué factores hay que tener en cuenta al tomar una decisión al respecto?

6.68 El Dr. Burmaster utilizó la siguiente notación en su respuesta:

Nsa = Número de especies de peces que son motivo de preocupación en Australia

Nsc = Número de especies de peces que son motivo de preocupación procedentes del Canadá

Nd = Número de enfermedades de peces que son motivo de preocupación

Np = Número de vías de exposición

Ne = Número de elementos que integran una vía

Nw = Número de condiciones climáticas diferentes que son motivo de preocupación

No = Número de otros factores que hay que incluir

Ntot = Número total de variables/distribuciones que hay que evaluar

Tal vez Australia sostendría que no le era posible realizar una evaluación del riesgo para la cual debía preparar distribuciones de probabilidades correspondientes a Ntot variables:

Ntot = Nsa . Nsc . Nd . Np . Ne . Nw . No

El Dr. Burmaster no estaba de acuerdo con esa posición. En su opinión, Nueva Zelandia había demostrado la manera de reducir las "dimensiones" del problema a un tamaño manejable, analizando sólo ciertas combinaciones de Nsa, Nsc, Nd, Np, Ne, Nw y No, seleccionadas como las combinaciones "más importantes" o "dominantes".

6.69 Estimaba asimismo que Nueva Zelandia había demostrado la manera de reducir a un tamaño manejable las dimensiones del problema relativo a las distintas características de los huéspedes y el agente patógeno, o de las características de uso y eliminación de los productos. El Dr. Burmaster señaló que la evaluación del riesgo posiblemente también debía incluir una evaluación de la probabilidad de entrada, radicación y propagación del agente patógeno con la importación de productos a otras especies conocidas como portadoras de las mismas enfermedades. Como ejemplo hipotético, la enfermedad D de los peces podría llegar hasta Australia a través de salmón congelado, eviscerado y sin cabeza del Canadá con una probabilidad Pc. La misma enfermedad podría llegar a Australia con la importación de peces rojos ornamentales vivos de Malasia con una probabilidad Pm. Si en una evaluación del riesgo se demostrara que Pc < Pm, no tendría sentido que Australia prohibiera la importación de salmón del Canadá y no hiciera lo mismo con la importación de peces rojos de Malasia.

6.70 Al establecer el alcance de una evaluación cuantitativa del riesgo, el Dr. Burmaster estimaba que era esencial que el evaluador realizase un examen tanto de cada una de las enfermedades como de cada uno de los productos. Observó además que Nueva Zelandia había demostrado la manera de reducir las dimensiones del problema a un tamaño manejable, concentrándose en determinadas combinaciones fundamentales de especies de peces, vías, elementos de éstas, etc. En el proceso, el evaluador del riesgo debería utilizar el juicio de expertos para clasificar la importancia de distintas combinaciones de especies, enfermedades, vías, etc., como sistema para determinar cuáles eran las combinaciones que había de cuantificar en primer lugar. Este era siempre un proceso iterativo. A medida que se perfeccionase la evaluación del riesgo, surgirían nuevos elementos que permitirían a los evaluadores comprender y asignar la importancia adecuada a las combinaciones de especies, enfermedades, vías, , etc., más importantes.

6.71 Con respecto a la técnica de evaluación del riesgo, la Dra. Wooldridge respondió que, como se detallaba en la pregunta anterior, era necesario evaluar en primer lugar por separado la probabilidad de los resultados no deseados (en este caso la radicación de la enfermedad) para cada enfermedad. El resultado de ese proceso determinaría el paso siguiente de la evaluación, como había explicado anteriormente.

6.72 En la identificación del peligro intervendrían automáticamente las características del huésped inicial. Como había indicado en su respuesta a la pregunta 1, era necesario exponer las etapas de la vía desde la identificación del peligro hasta el resultado no deseado. Esto incluía actividades como la inspección, la elaboración, etc. Si distintos agentes patógenos tenían probabilidades diferentes de detección, inactivación, supervivencia en aguas residuales, supervivencia adheridos al envoltorio, etc., estas características se debían tener en cuenta. Para algunos de estos aspectos (por ejemplo, la detección de la enfermedad), también podría ser pertinente examinar el huésped específico. En relación con algunas de estas características (por ejemplo, el uso de papel de envolver), podría ser conveniente analizar las modalidades de uso y eliminación del producto. En caso necesario se debían estudiar dichos factores. Además, tenían interés la susceptibilidad y el estado patológico de los posibles huéspedes en el país importador.

6.73 Con respecto a las importaciones de otros productos de otras especies conocidas como portadoras de la misma enfermedad, la información sobre la existencia de tales productos era importante en dos sentidos. En primer lugar, la comparación con otros productos podía proporcionar datos necesarios para evaluar la probabilidad de exposición, la transmisión y las consecuencias de una determinada enfermedad tras su entrada en un país o una región. En segundo lugar, la información sobre la existencia de tales productos era una parte importante del análisis general del riesgo (uno de cuyos componentes es la evaluación del riesgo) y se debería tratar de conseguir como parte de ese análisis. Si se conociera la existencia de tales productos, tendría interés para el establecimiento de niveles aceptables de riesgo y, por consiguiente, para el componente de gestión incluido en el análisis global del riesgo.

6.74 La Dra. Wooldridge consideraba que la necesidad o no de una evaluación completa del riesgo de cualquier producto particular dependía de la situación precisa; en determinadas circunstancias podía ser suficiente demostrar que se había importado regularmente durante muchos años un producto con el mismo agente patógeno concreto y cuyas vías de uso y eliminación fueran semejantes sin que se hubieran detectado consecuencias patológicas.

6.75 El método de la evaluación del riesgo dependía del riesgo inicial para el que se requería la evaluación. Si la pregunta formulada fuera "�Cuál es el riesgo de introducción de una enfermedad exótica con el producto X?", entonces la determinación del peligro exigía que se identificasen todas las enfermedades exóticas potencialmente presentes en el producto X y que se evaluase el riesgo para cada una de ellas. Si la pregunta inicial planteada fuera "�Cuál es el riesgo de introducción de la enfermedad exótica Y en el país Z?", en ese caso el peligro era la enfermedad Y y las posibles rutas de importación que habría que examinar incluirían la identificación inicial de todos los productos que potencialmente pudieran contener el agente patógeno Y y se fueran a importar (o se pudieran importar) al país Z. Así pues, el factor fundamental en el método inicial era la pregunta formulada (es decir, el riesgo objeto de evaluación). Ambos métodos eran perfectamente válidos en función del riesgo que se fuera a evaluar. La pregunta exacta dependía de las razones de fondo para la realización de la evaluación del riesgo, y probablemente iba a ser una decisión de gestión del riesgo, aunque con frecuencia se pidiera una aportación a un evaluador.

Pregunta 5. Australia sostiene que no se puede comparar el riesgo que representan otros animales acuáticos o sus productos que son huéspedes de alguno o de todos los agentes patógenos con el del salmón sin cocer en ausencia de una evaluación del riesgo para esos otros animales acuáticos o sus productos. �Cuál es su opinión?

6.76 El Dr. Burmaster se remitió a su respuesta a la pregunta 4 supra.

6.77 La Dra. Wooldridge recordó su respuesta a la pregunta 4, indicando que había circunstancias en las que era válido comparar el riesgo que representaban otros animales acuáticos o sus productos huéspedes de alguno o de todos los agentes patógenos con el del salmón sin cocer, incluso en ausencia de una evaluación del riesgo para esos otros animales acuáticos o sus productos. En cualquier evaluación del riesgo, cuanta más información se tuviera, menos incertidumbre existiría en el resultado final. Una evaluación completa del riesgo para esos otros productos podía muy bien reducir considerablemente la incertidumbre de la evaluación del riesgo que se estaba examinando; una evaluación menos completa del riesgo probablemente reduciría la incertidumbre en menor medida. No obstante, dicha información, cuando se disponía de ella, podía ser adecuada para reducir la incertidumbre a niveles insignificantes en una situación determinada objeto de examen; dependía mucho del nivel de analogía. No se debía ignorar tal información.

Pregunta 6. El Canadá sostiene que para un agente patógeno determinado las consecuencias de la radicación de la enfermedad en el país importador serían las mismas con independencia de la fuente original importada. En su opinión, �es esta afirmación correcta desde el punto de vista técnico y científico?

6.78 El Dr. Burmaster respondió que la afirmación era correcta; no se le ocurría ningún ejemplo que invalidara este principio.

6.79 El Dr. Rodgers respondió que en general esta afirmación era probablemente correcta, aunque había diferencias en la gravedad de algunos agentes patógenos y las consecuencias podían variar en función de las características del organismo patógeno y de la base genética de la especie autóctona. Las repercusiones podían ser limitadas, dependiendo de la eficacia del servicio encargado de la supervisión y de la consiguiente detección precoz. La presencia o ausencia de una especie huésped susceptible y de condiciones locales desfavorables podrían también limitar la propagación, puesto que la muerte de un pequeño número de peces podría pasar inadvertida. Los costos de la lucha o la erradicación también podrían variar por las mismas razones. El carácter de la importación original influiría en las posibles consecuencias, porque los riesgos del producto no vivo (elaborado) serían diferentes de los derivados de las importaciones de peces vivos. Las consecuencias económicas también podrían ser distintas, puesto que habría un posible efecto negativo en la industria local después de la introducción de un producto de pescado más económico y muy competitivo procedente de una fuente de acuicultura garantizada. Por otra parte, un recurso limitado, como los peces capturados en el océano, podría tener menos efectos porque tal vez no podría competir tan duramente en cuanto al costo o la calidad. Naturalmente, todo esto podría ocurrir de otra manera, en función de los gastos generales de la comercialización de cada producto.

6.80 También era preciso tener en cuenta que otros factores, distintos de los relativos a la presencia de un organismo patógeno, eran importantes para evaluar las consecuencias de la entrada de la enfermedad, porque algunas enfermedades eran más graves en unas zonas que en otras (por ejemplo, la necrosis hematopoyética infecciosa (NHI), V. ordalii y Piscirickettsia salmonis). Por otra parte, algunas enfermedades sólo se producían en una zona limitada, como por ejemplo la anemia infecciosa del salmón (AIS) en Noruega, el virus Oncorhynchus masou en el Japón, el virus de la necrosis hematopoyética epizoótica (NHE) en Australia y Ceratomyxa shasta en la costa noroccidental del Pacífico. Podría suceder que estas enfermedades no pudieran radicarse en otras regiones porque la combinación necesaria de factores ambientales, especies susceptibles y prácticas de acuicultura no existieran en otras partes. También podría ocurrir lo contrario, que pudieran radicarse perfectamente en un nuevo ambiente y ser extremadamente virulentas. La razón de su actual "limitación" podría deberse en parte a una supervisión eficaz y a controles posteriores de los desplazamientos, y en parte al hecho de que no se había organizado todavía en otras zonas o países la práctica de la acuicultura con las condiciones exactas necesarias para su radicación.

6.81 La Dra. Wooldridge respondió que una vez que una determinada enfermedad se radicaba en todo un país importador, las consecuencias a partir de ese punto serían las mismas cualquiera que fuese la fuente original importada o la pauta de radicación. Sin embargo, cabía suponer que cualquier variación regional en la radicación de la enfermedad podía influir en las consecuencias, en particular las de corto y medio plazo, y la variación regional en la radicación de la enfermedad podía estar relacionada con la fuente. Las consecuencias a largo plazo convergerían si posteriormente la enfermedad se radicase en todo el país.

6.82 Esto se podía ilustrar suponiendo que el producto A, que contenía el agente K, se importase a la región W del país Z, pero que el producto no se distribuyese luego por el resto del país. En la región W no había animales susceptibles con importancia económica, pero sí los había sin importancia económica. Una posible consecuencia sería que la enfermedad K se radicase localmente en la región W del país importador Z. En este modelo habría consecuencias a corto plazo de tipo biológico, pero no económico. Habida cuenta de esas circunstancias, podría ser asimismo una consecuencia no detectada.

6.83 Siguiendo con el mismo ejemplo, se podría suponer que el producto B, una fuente diferente pero también con el mismo agente patógeno K, se importase sólo a la región X del país Z, en la que había animales susceptibles con importancia económica. La radicación local de la enfermedad K provocaría muy probablemente consecuencias a corto plazo tanto biológicas como económicas. Es decir, a partir de una fuente de producto diferente, con una distribución distinta de la importación, algunas de las consecuencias a corto plazo de la radicación de la enfermedad serían diversas porque el mecanismo de la radicación inicial también lo había sido. Que en un período determinado la enfermedad se propagase o no a partir de cualquiera de las dos regiones radicándose en todo el país, dependería de muchos factores específicos del país, por ejemplo las pautas de migración de los animales, la virulencia del agente, el clima, las barreras geográficas, las modalidades de la actividad humana, etc. Por consiguiente, al utilizar los datos obtenidos de la importación de otros productos o de productos procedentes de otras fuentes en una evaluación presente del riesgo, la información sobre la distribución geográfica y el historial de esa importación utilizada como comparación revestiría una importancia particular.

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